Día de la Santa Cruz significado, origen y por qué se celebra
Cada año el 3 de mayo está marcado en el calendario religioso cristiano como el Día de la Santa Cruz, pero esa misma fecha, los trabajadores de la construcción también festejan su tradicional Día del Albañil. ¿A qué se debe esta coincidencia entre una fiesta religiosa y una popular en Iberoamérica?
Según el catolicismo, la fiesta de la Santa Cruz --referida a la cruz de madera donde murió Jesús de Nazareth-- se celebra cada 3 de mayo porque este día en el año 326 se encontró dicha reliquia sagrada para los fieles del catolicismo.
Sin embargo, los trabajadores de la construcción también festejan cada 3 de mayo el llamado 'Día del Albañil', y aunque no existe una versión oficial del origen de esta tradición, diversas fuentes señalan que todo se refiere al sincretismo que tuvo lugar en el territorio iberoamericano tras la Conquista.
Por estas fechas, algunos pueblos prehispánicos hacían ceremonias y sacrificios para pedir buenas cosechas en el año, y tras la evangelización, esta costumbre agrícola se mezcló con las creencias cristianas y se empezó a rogar a la Santa Cruz por los beneficios.
Pasado un tiempo, muchos de los campesinos dejaron a un lado el arado y la hoz y comenzaron a trabajar como albañiles. Sin embargo, no perdieron la tradición de encomendarse a la Santa Cruz para no sufrir accidentes laborales.
De ahí a que en casi todas las construcciones de numerosos países latinos haya siempre una cruz de madera, decorada con papeles y listones de colores, recoge 'Milenio'.
¿Cuál es el origen de La Santa Cruz?
El significado y origen de esta fecha data del siglo IV, cuando, esta celebración comenzó a realizarse, y pese al tiempo, continúa vigente en varios países de habla hispana como Venezuela, España, Colombia, Chile, Argentina, Ecuador, Tobago, El Salvador, Trinidad, Guatemala, Perú, México y Paraguay, aunque, su origen se ubica en el antiguo Jerusalén, una de las ciudades más emblemáticas e importantes, para varias religiones del mundo.
La historia cuenta que Constantino luchaba contra su más famosos perseguidor Majencio, durante el siglo IV, y una noche antes de la guerra, en sueños se le presentó una cruz luminosa que volaba en el aire, cuya visión fue acompañada con una voz que exclamó: “Con este signo vencerás“, así que, cuando dio inicio la batalla contra su peor enemigo, colocó varias cruces en las banderas de sus batallones, y dijo: “Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena“.
Gracias a que, realizó esta indicación, Constantino logró salir victorioso de la guerra, y fue así que, pudo ser emperador y con ello, dar a los cristianos la libertad que tanto necesitaban, pero, no todo terminó ahí, sino que su madre Santa Elena, solicitó a su hijo permiso para pudiera ir hasta Jerusalén, para rescatar la cruz en la que fue crucificado Jesús.
Al llegar Santa Elena, encontró tras excavar que, había tres cruces y no sabía cuál era la de Jesús el Cristo; por lo que, llevó a una mujer que agonizaba, para que, pudiera tocar las averiguar cuál era la correcta, al tocar la primera, se sintió más enferma, cuando, pasó su mano por la segunda se sintió igual, pero, al sentir la tercera quedó completamente sana, fue así, cómo supo que cruz elegir.
Además, se cuenta que, Santa Elena, junto al Obispo y fieles recorrieron Jerusalén en procesión, y en el camino se encontraron a una mujer que estaba a punto de sepultar a su hijo, y que, al acercarlo a la cruz resucitó, sin duda, una historia que vale perdurar en el tiempo.