Desechables desde este 2021 queda prohibida su entrega y distribución
Apartir de este viernes 1 de enero de 2021 en la Ciudad de México quedará prohibida la comercialización, distribución y entrega de plásticos desechables de un sólo uso. La Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México recordó que deberán dejar de utilizarse tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para éstos, charolas para transportar alimentos y aplicadores de tampones hechos de plástico.
La dependencia indicó que se exceptúa la aplicación de esta norma a aquellos que sean compostables.
Ello, debido a que este 1 de enero entra en vigor la Ley de Residuos Sólidos.
Durante los primeros tres meses se continuará con la campaña de difusión ’Ciudad Sustentable, adiós a los desechables’, mientras que en abril de 2021 comenzará la segunda etapa del programa.
Debido a la emergencia sanitaria, la campaña se difunde principalmente por medios electrónicos y contempla acciones de trabajo y comunicación con las 16 alcaldías, comerciantes, tianguistas, empresarios y comercios que requieren de los plásticos para el acarreo y entrega de productos.
“Ciudad sustentable, adiós a los desechables” también estará presente en los bosques de la ciudad como el de Chapultepec y San Juan de Aragón, donde se pondrá en marcha el proyecto “espacios libres de desechables”.
Al ingresar a esos bosques, se deberá pasar por un filtro para impedir el ingreso de productos de unicel, platos o vasos desechables.
Adiós al vasito rojo fiestero: plásticos de un solo uso quedan prohibidos en la CDMX desde este viernes
Este viernes entrará en vigor en la Ciudad de México la reforma a la Ley de Residuos Sólidos que prohíbe la comercialización de plásticos de un solo uso como platos, vasos, envases, tenedores, tapas y charolas entre otros desechables, que incluye multas de hasta 170 mil pesos por el incumplimiento, lo que amenaza con profundizar aún más el daño económico a esta industria y a los restaurantes que requieren de estos materiales para hacer envíos a domicilio, advirtió Aldimir Torres, presidente de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC).
En entrevista con El Financiero anticipó que esta situación empujará a los restaurantes a buscar nuevas opciones de empaque y embalaje, pues con la prohibición en medio del semáforo rojo en la Ciudad de México –donde solo pueden ofrecer servicio de alimentos a domicilio– tendrán que cumplir con la ley si quieren seguir vendiendo.
“Eso es un problema grave, pues el precio normal de un kilo de plástico desechable es de 14 dólares y los biodegradables cuestan 4 dólares más, es decir 18 dólares. Es un costo que tendrán que asumir los locales en medio de la crisis económica y que también tendrán que transferir a sus clientes”, explicó el presidente de ANIPAC.
Señaló que la prohibición de bolsas de plástico que no son biodegradables que entró en vigor este año, junto con el impacto económico de la pandemia del virus SAR-CoV-2, generó que más de 50 empresas productoras de este tipo de material cerrara sus puertas y que el valor de la industria cayera alrededor de 8 por ciento este 2020, “y con esta medida se profundizará aún más el daño”.
“Estamos preocupados, esta medida no la vemos como una solución, sino como una salida política respondiendo a grupos ambientalistas (…) Consideramos que la solución a la contaminación es entre todos y no solo castigar a los productores”, dijo Torres.
La industria del plástico en México tiene un valor de 30 mil millones de dólares anuales, de los cuales alrededor de 20 por ciento corresponde a productos desechables, de esa cantidad 25 por ciento se comercializa en la capital del país, es decir, que el mercado de desechables en la ciudad representa mil 500 millones de dólares.
Advirtió que no hay suficientes productores en el mundo para atender sólo la demanda que podía tener la capital, lo cual se suma al problema de modernización que tienen las empresas productoras.
“Muchas ferias de plástico se cancelaron, por lo cual las empresas no pudieron conocer la innovación necesaria para producir los plásticos que exige la ciudad, eso es una limitante importante”, destacó.