La Fonoteca Nacional de México, historia y sonido de nuestra patria
La Fonoteca Nacional de México, historia y sonido de nuestra patria, la historia de la Fonoteca comienza a mediados del siglo XX, cuando se presentaron las primeras iniciativas de resguardo de archivos visuales y fotográficos, entre ellos destacan la Fototeca, la filmoteca y la cineteca. Sin embargo, no se presentó una iniciativa para la preservación del material sonoro.
Fue hasta 1980 que la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura recomendó la salvaguarda de los archivos sonoros.
Su proyecto de creación se remonta a 2001, donde la creación de la institución fue incluida en el Programa Nacional de Cultura 2000-2006. Posteriormente, en 2004, la Secretaría de la Función Pública cedió la Casa Alvarado, ubicada en Coyoacán, para ser asignada como la sede de la Fonoteca Nacional. Abriría sus puertas el 10 de diciembre de 2008 y desde entonces ha dedicado sus esfuerzos para cinco actividades en concreto:
- Rescatar y preservar el patrimonio sonoro del país.
- Dar a conocer el acervo sonoro que resguarda.
- Realizar actividades académicas, artísticas y culturales relacionadas con el sonido.
- Fomentar una cultura de la escucha entre la población.
- Estimular la creación y experimentación artística sonora.
A partir de 2021, la Fonoteca Nacional cuenta con más de 580 mil documentos sonoros en diversos formatos, divididos en:
- Cintas magnéticas: cintas de carrete abierto, casetes, DAT (representan el 58% del acervo).
- Discos analógicos: corte directo, gran formato, 33, 45 y 78 rpm. y discos compactos (representan el 41% del acervo).
- Otros formatos: Cilindros de cera; Hilo magnético; Rollos de pianola; Minidisco y Archivos digitales.
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Actividades adicionales
Además de las actividades que involucran la conservación y restauración, la Fonoteca alberga eventos abiertos a todo público. Entre ellos hay: conciertos, sesiones de escucha, exposiciones, actividades académicas y visitas informativas.
Una historia Fascinante
Voces de personajes históricos de México, narraciones y crónicas de acontecimientos relevantes, sonidos de la naturaleza, de ambientes rurales y urbanos, testimonios de lenguas nativas, escenificaciones dramáticas, oficios en peligro de desaparecer, y música de todo tipo es sólo parte del material que la Fonoteca Nacional ha rescatado, preservado y puesto a disposición del público mexicano.
La institución abrió sus puertas el 10 de diciembre de 2008, en la Casa Alvarado, en Francisco Sosa No. 383, en Coyoacán, teniendo cinco actividades prioritarias: Rescatar y preservar el patrimonio sonoro del país; dar a conocer el acervo sonoro que resguarda; realizar actividades académicas, artísticas y culturales relacionadas con el sonido; fomentar una cultura de la escucha entre la población y estimular la creación y experimentación artística sonora.
El proyecto de creación se remonta al año 2001, cuando fue incluido en el Programa Nacional de Cultura 2000-2006; pasaron ocho años hasta la inauguración del espacio público, tiempo en el que se concibió el concepto y cómo tenía que ser la Fonoteca Nacional de México.
Para Lidia Camacho, una de las fundadoras de la institución y actual directora, el que un país cuente con una Fonoteca es tener conciencia de la importancia del patrimonio sonoro, y recordó en entrevista para Conaculta que tras haber visitado varias fonotecas en el mundo se dio cuenta que había un factor que era fundamental y que no tenían en su mayoría: el acceso al patrimonio.
La directora indicó que la creación de la Fonoteca Nacional llegó en un momento en el que el desarrollo de la tecnología era ya un parteaguas, aprendiéndose de la experiencia de las diferentes fonotecas en el mundo.
Actualmente la Fonoteca Nacional de México cuenta con 426 mil soportes sonoros que están conservados en sus bóvedas, que van desde cilindros de cera, cintas de carrete abierto, discos analógicos, disco compactos, casettes, dats, mini disc, mismos que están inventariados.
“No tenemos la capacidad para catalogar los soportes tan rápidamente como quisiéramos, hemos catalogado 360 mil documentos, cifra más o menos importante, y digitalizado alrededor de 65 mil horas, (esto en cinco categorías: medios digitales, música, paisaje sonoro, radio y voz); desarrollando una serie de catálogos que también están en la página de Internet, y que sirven para atraer al público”, expresó Lidia Camacho.
Para el periodista Jaime Almeida, la Fonoteca Nacional tiene una importancia comparable con la Biblioteca Nacional, la Filmoteca de la UNAM o la Fototeca, pues es la institución dedicada a preservar lo que la sociedad ha sido en términos sonoros.
“Así como hay fotografías, películas, periódicos, la vida también tiene un sonido que requiere preservarse. En los cinco años que tiene de existencia la Fonoteca Nacional se ha realizado una labor extraordinaria. La captura de documentos ha sido enorme, es un patrimonio sorprendente, no solamente en el aspecto musical, porque muchas veces se piensa que una Fonoteca está albergando sólo música, es importante que se sepa se conservan otros sonidos igualmente vitales, como pueden ser las voces de los personajes de nuestra historia.
“Los sonidos de México trascienden el ámbito meramente artístico, también penetran el ámbito social, político, y científico, por eso la Fonoteca Nacional de México es una institución vital para nuestra memoria social”, aseguró Jaime Almeida.
La Audioteca Octavio Paz, es el lugar donde a través de 15 equipos de cómputo, investigadores, docentes, estudiantes y público en general puede consultar y tener acceso a los archivos sonoros que la Fonoteca Nacional ha catalogado y digitalizado.
En el sistema de la audioteca se puede tener acceso a las poco más de 150 colecciones provenientes de instituciones públicas y coleccionistas privados, donde se puede escuchar música de concierto, música tradicional y popular mexicana, grabaciones históricas, programas radiofónicos, comerciales, literatura en voz de sus autores, paisaje sonoro, jazz, música contemporánea y experimental, así como periodismo sonoro.
Lidia Camacho comentó que entre las colecciones destaca el acervo de la XEW, el cual contiene alrededor de 145 mil soportes sonoros de muy diversa índole. “Están las radionovelas que fueron en un momento dado la educación sentimental de los mexicanos, programas de carácter cómico, entrevistas, programas musicales, para niños, noticiosos, etcétera”.
Destacó que otro de los acervos de enorme valor es el de Radio Universidad, institución, dijo, referente en el ámbito cultural y universitario en todo el país. “Aquí tenemos programas como radioteatros, radionovelas adaptadas de novelas clásicas o mexicanas. Por sus micrófonos han pasado intelectuales, historiadores, dramaturgos, la cultura de nuestro país”, destacó.
Lidia Camacho, quien fue de 2000 a 2007 directora general de Radio Educación, mencionó que coleccionistas privados, que a lo largo de muchos años han formado su propio acervo, al ver que la Fonoteca Nacional cuenta con todas las condiciones para preservar sus acervos, han venido a depositarlos, como el archivo de El Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes, “que será una joya que engalanará a la Fonoteca con 15 mil documentos sonoros”, dio a conocer Lidia Camacho.
Otras de las colecciones que alberga la Fonoteca Nacional son las del Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Mexicano de la Radio, la Dirección General del Virreinato, Juan José Arreola, Radio 620, Centro de Estudios Económicos, Instituto Nacional de Antropología, la Dirección de Radio y Televisión, la Embajada de Francia, el Museo de Arte Moderno, Alvar y Carmen Carrillo, Cineteca Nacional, Gustavo García, Filmoteca de la UNAM, Eugenio Toussaint, Carmen Aristegui, Elena Poniatowska, Fundación Gurrola, Froylán López Narváez, Humberto Musacchio, Casa del Lago, Pepe Romay, Manuel María Ponce, Julián Carrillo, Festival Internacional Cervantino, Blas Galindo, Dirección General de Literatura, Ricardo Bravo, Eduardo Mata, Juan Arturo Brennan, Alberto Zuckermann, Luis Herrera de la Fuente, Pável Granados, Salvador “Chava” Flores, entre muchos otros.
Basado en sus colecciones la Fonoteca Nacional ha armado una serie de catálogos, como el de música de concierto mexicana, jazz, del bolero en México, música popular y tradicional.
Lidia Camacho, también miembro del Comité Mexicano Memoria del Mundo de la UNESCO, indicó que para que la gente se acerque y consulte la audioteca se ha trabajado en diferentes vías y actividades como las sesiones de escucha, donde se dan cita expertos que dan al público los contextos de algún documento, como radionovelas, programas musicales, jazz, entrevistas, material para niños. “Somos bastante eclécticos porque obviamente queremos llegar a todo público”, indicó la directora de la Casa de los Sonidos.
Otras de las actividades artísticas, académicas y culturales que se ofrecen en la Fonoteca Nacional son conciertos, exposiciones e instalaciones sonoras, cursos, talleres y seminarios, así como caminatas sonoras, recorridos en silencio por diferentes sitios con el objetivo de escuchar bajo la guía de un especialista que enseña a reconocer las sonoridades circundantes y rodadas sonoras, que comparte el mismo objetivo que las caminatas, pero cuyos recorridos se realizan en bicicleta.
“En la Fonoteca se puede dar cuenta de la importancia y el valor que tienen los acervos a lo largo de la historia. Por ejemplo, tenemos uno de los archivos más antiguos de Octavio Paz, grabada de manera casera, donde el Nobel lee su poema Niña, se escucha mal, pero te das cuenta de la importancia que tiene el documento”, detalló Lidia Camacho.
Junto a la Audioteca Octavio Paz, los visitantes o usuarios también pueden consultar la Biblioteca Salvador Novo, que alberga 700 títulos, alrededor de 2 mil 500 ejemplares, y cerca de 200 dvd’s, donde el usuario también puede investigar el origen de un género musical y sus principales exponentes.
El horario de atención de la Audioteca es de lunes a sábado, de 9:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas, ubicada en la Casa Alvarado, Francisco Sosa No. 383, Coyoacán.